Hasta que intentó entrar a un restaurante con un amigo y les negaron la entrada por ser negros. Ahí se acabó toda la felicidad de aquella medalla, que incluso acabaría perdiendo.
Hay una leyenda sobre que aquella misma noche la tiró al río Ohio, pero en realidad la perdió sin más y esa historia la inventaron desde su equipo para hacer propaganda. La cosa es que se ve que a Ali no le dijeron nada o no le gustaba esa historia porque antes de que se publicara ya había admitido que simplemente no sabía dónde había puesto la medalla.