El campeón retuvo su título y le cerró la bocaza al aspirante, que ya no parecía un semidiós arrogante e invulnerable sino un simple mortal de carne y hueso.
Los resultados de la pelea fueron devastadores y ambos contendientes terminaron en el hospital a pesar de resistirse a ir.
Primero fue Ali porque se sospechaba que podía tener fracturada la mandíbula. La radiografía demostró que no pero los médicos aconsejaron que ingresase en observación. Se negó para no darle a Frazier la satisfacción extra de haberle hospitalizado, aunque Frazier sí que supo aprovechar el breve ingreso de Ali para hacerse una foto con él encamado.