QUINTO ASALTO. Aguantar y esperar
Este asalto sigue la tónica de los anteriores. Una nueva lluvia de golpes capaz de derribar a un rinoceronte contra un Muhammad Ali que la encaja apoyado en las cuerdas y la interrumpe con provocaciones a su rival.
Se parece mucho a aquellos años de espera desde que se negó a alistarse en el ejército y le anularon sus licencias de boxeo justo cuando estaba en su mejor momento, derribando a sus rivales con una perfectísima danza de velocísimos golpes sobre sus cabezas ante la que no podían hacer nada más que caer rendidos.