tenemos como sociedad un culto a la pastillita mágica que me resuelva el problema sin modificar habitos, ademas de los sicotrópicos, contra el dolor, contracturas, acidez, estreñimiento, hipertension, hipercolesterolemia, la lista es infinita.
Y si lo ampliamos, una confianza boba en la tecnología, que nos ha llevado a comer comida envenenada porque es mas fácil que cultivar mas concientemente (y, bueno, era un negocion para las agroquímicas. Oh! que casualidad, muchas son tambien farmacéuticas!)